Pensamiento excesivo repentino

De verdad, según lo que dicen algunos, puede que ese evento del futuro ni siquiera ocurra, pero otra vez me ganó mi mal hábito de preocuparme y pensar demasiado pronto. De cualquier manera, incluso si ese evento realmente llegara a presentarse ante mí, dudo poder afrontarlo bien.

En medio de esta vida aquí, que es bastante estable y buena, me encuentro con una mezcla de expectación e inquietud sobre el camino por el que Dios me guiará en el futuro. Quizás, aunque los demás digan que ya es demasiado tarde y nieguen con la cabeza, yo mismo podría intentar algo audaz e imprudente.

Para prepararme para ese momento, o incluso si me quedo en Estados Unidos para siempre, llego a la conclusión de que no me queda más remedio que dedicarme diligentemente al estudio de idiomas todos los días. Porque saber algo es mucho mejor que no saber nada. Además, a través del idioma, se puede aprender adecuadamente la cultura y las costumbres de ese país.

¡Desde mañana, a luchar con coreano, japonés, inglés y alemán!!!