Soy un paciente con esquizofrenia

Han pasado más de diez años desde que padezco esta enfermedad y hoy tuve una consulta virtual. Aunque mi condición ha mejorado mucho más que antes con chequeos regulares y tratamiento farmacológico, todavía hay inquietud, preocupación excesiva y ansiedad en algún lugar profundo de mi corazón. Alguna vez, esto fue tan grave que volví a aumentar la dosis del medicamento que había reducido en ese momento, y he llegado a esto.

¿Quién no tiene preocupaciones en este mundo? Pero en mi caso, como está relacionado con problemas mentales, el tsunami de emociones que llega de vez en cuando a veces no está bien controlado. Entonces, a veces, esto se manifiesta como ira, y a veces llego al pensamiento extremo de que todo debería terminar así.

Pero como una persona de fe nacida y criada, entrenada con la palabra y la oración todos los días, tengo la determinación de cuidar bien mi corazón por encima de todo. Así que, aunque imperfecta, reservo un tiempo determinado para meditar en la palabra y acercarme a ella, y aunque no soy tan buena como los demás, me esfuerzo por escuchar, comprender y practicar la voz de Dios a través de la oración.

Dado que mi estado mental y mis pensamientos están directamente relacionados con el mundo espiritual, ahora que he cumplido cuarenta años, quiero ser una persona de fe más madura que antes y desempeñar mi papel como hija mayor de una familia. De hecho, aunque escribo esta fuerte determinación, soy un ser humano débil, por lo que no es que no tenga sentimientos negativos en absoluto.

El tema del sermón que escuché el domingo reciente fue '¡Deja de preocuparte!'. Como un niño inocente, por un momento 'Dios se encargará de todo si se lo confío fervientemente', cerré los ojos y no me preocupé por un tiempo, pero experimenté que el miedo volvía a mi corazón en las situaciones y conversaciones que me encuentro en la realidad, me di cuenta de que es realmente difícil practicar como dice la palabra.

A pesar de eso, en este momento quiero dar gracias y confesar que todo fue una gracia. Dentro de unos días, serán 18 años de vida en Estados Unidos. Sin haber cambiado de domicilio, cosa que otros ya habrían hecho, he estado viviendo en el mismo lugar desde que vine por primera vez a Estados Unidos. Ya me he encariñado mucho con él y podría decir que es mi segunda patria.

Como dijo el pastor, no sabemos lo que pasará mañana, así que creo que no hay nada más tonto que preocuparse por el futuro, que aún no ha llegado. Si fuera ese tiempo, sería mucho mejor tener un tiempo de piedad, o salir y contemplar la naturaleza, sentir a Dios el Creador y tener un tiempo de curación. Por eso también me gusta mucho este lugar, rodeado de una hermosa naturaleza.

Como sería aburrido si solo hubiera texto, ¿qué tal si traigo una foto de un paisaje que tomé recientemente?

(La ubicación se omite por cuestiones de privacidad)

Así que la conclusión es carpe diem, ¡fiel al presente y a este mismo instante!